Muchas de las enseñanzas relacionadas con la meditación vienen de países orientales como la india. Por supuesto que a los grandes maestros antiguos de estos países no se les llamaba o se les llama coaches, pues la palabra es de uso mucho más reciente y más de esta otra parte del mundo. Un término más común incluso actualmente para referirse a ese tipo de maestros es el de Rishis (sabio) o Maharishis (gran sabio santo). En otros países se usan nombres similares como el de Sensei (maestro o sabio) aunque no necesariamente para temas relacionados con meditación o espiritualidad.

Ser un estudiante directo de un Sensei o un Maharishi no es algo común ni tampoco es tan fácil entre otras cosas porque estos maestros crean una relación muy profunda con sus estudiantes conocida como relación maestro-alumno que no cualquiera puede o está dispuesto a aceptar. Por si fuera poco, a lo largo de la historia estas enseñanzas han derivado en organizaciones que luego ni siquiera son dirigidas por los maestros originales y frecuentemente terminan en sectas de las que muchos prefieren mantenerse alejados.

Afortunadamente hoy en día se puede disfrutar del beneficio de estas enseñanzas sin tener que viajar a la India o a países con culturas extrañas o peor aún terminar formando parte de una secta, una nueva religión o algo similar.

Se dice que lo que corresponde a la mente y las emociones se le conoce como ego y son muchos los que consideran que para poder experimentar una verdadera paz y conexión con el universo hay que matarlo aunque esto implique acabar con las capacidades mentales y emocionales. Entre los que promueven estas ideas radicales podemos encontrar a los autores que declaran al ego como el peor enemigo, los que proponen métodos para matarlo y los casos extremos como los yoguis que se dañan el cerebro y las neuronas con un flujo excesivo de sangre poniéndose de cabeza por largas horas. Esto última permite tener un "cuerpo sano" y vivir en un espacio "no mente" precisamente porque el cerebro queda dañado y no siente ni piensa con la misma intensidad que si estuviera completamente sano sin daño alguno.

Por supuesto que existen alternativas mucho menos violentas.

Podemos aprender a tratar relacionarnos con el EGO de una forma mucho más gentil y menos violenta que tratar de matarlo.

Una de las muchas alternativas para aprender vivir en un espacio no mente con menos estrés en el que podamos experimentar paz interior es como explica Osho ver el EGO como el fruto de un árbol que caerá solo cuando haya madurado y esté listo para caer de forma natural en lugar de tratar de arrancarlo por la fuerza. Con esta alternativa en lugar de tratar de aniquilar al EGO se aprende a convivir con él, se deja ser, se evita juzgar y se aprende a aceptar y permitir de tal manera que se crea una relación distinta con los pensamientos y emociones. La diferencia está en un cambio importante que tiene que ver con desarrollar la habilidad de observar a los pensamientos y emociones.

Cuando logramos observar a los pensamientos y emociones sea crea una distancia que nos permite experimentar ese espacio de no mente en el que encontramos la paz y el silencio interior. Esto se logra a través de aprender y practicar la meditación.

Al buscar quien nos enseñe a meditar podemos encontrar gente que adoptan la pobreza material como estilo de vida. Otros incluso se mantienen ignorantes, se resisten a leer o asistir a cursos que no sean de lo que ellos enseñan y hasta muestran un desprecio por el intelecto; sin embargo, es importante saber que no todos son así y que estas prácticas son necesarias hoy en día para beneficiarse de la meditación, pues existen una enorme cantidad de maestros profesionales que son prósperos, trabajan y por supuesto se benefician de aplicar la meditación para sí mismos y enseñar a otros.